Me gusta pensar en el solsticio de verano como la puerta de entrada al resto del año. Es un momento ideal para honrar al sol en todo su esplendor y reconocer la fuente infinita de luz dentro de nosotros. Con el clima cálido, aumenta la actividad física y social, ya que el elemento fuego está en su apogeo. En la Medicina Tradicional China, esta fase de fuego simboliza la ignición, el discernimiento y la resolución.
La práctica relajante y contemplativa del Yin Yoga nos invita a equilibrar este enfoque externo con una mirada hacia adentro. En esta práctica suave, nos enfocamos en los meridianos del corazón y del intestino grueso que corren a lo largo de la cavidad torácica, así como a lo largo de la parte interna y externa de los brazos. Considere esto como una invitación a reducir la velocidad y entregarse a la alegría del momento presente con una exploración de los abridores del corazón, la parte superior de la espalda y los estiramientos de hombros.