Si bien mi clase semanal de yoga para atletas generalmente usa la postura del bebé feliz o Legs up the Wall como nuestra inversión para la práctica, periódicamente enseño una secuencia que conduce a Handstand (Adho Mukha Vrksasana). Una noche, un estudiante me preguntó: "¿Cuál es la razón para hacer el pino?"
La asana de yoga está diseñada para prepararnos para sentarnos en meditación y, para ello, necesita desarrollar la fuerza central y la flexibilidad de la cadera, de modo que la columna vertebral y la pelvis puedan alinearse y apoyarse cómodamente. Asana también nos enseña cómo mantener nuestro enfoque y presencia incluso en situaciones desafiantes, otra herramienta importante para la meditación y para la vida. Pararse de manos ayuda con ambos.
Fisiológicamente, la parada de manos es una pose de fuerza central. Te enseña cómo volver a la alineación de la postura de la montaña, tirando hacia el centro, en una nueva relación con la gravedad. Esto también le ayuda a recuperar el equilibrio cuando da un paso en falso en el camino, tiene que hacer un corte brusco en la cancha o se tambalea en su bicicleta.
Metafóricamente, aprender cómo llegar a Handstand también desarrolla la fuerza interior. Tienes que experimentar y estar abierto al fracaso para que puedas aprender la cantidad correcta de esfuerzo para realizar la tarea. Después de cada error, debe volver a centrarse y volver a intentarlo.
Psicológicamente, llegar a Handstand, o no hacerlo, te enseña sobre tus límites. Observar su reacción a la idea de adoptar la postura le permite investigar sus miedos. ¿De qué exactamente tienes miedo? ¿Lesión? ¿Pérdida de control? ¿Fracaso? Superar estos miedos y superar los límites percibidos enseña habilidades valiosas para el deporte y para la vida. Y cuando no puede pararse de manos, cuando el miedo es demasiado grande o una lesión o un desequilibrio en el cuerpo lo convierte en una mala idea, tiene una importante oportunidad para practicar la autocompasión.
—Sage Rountree